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La proliferación de sitios web y aplicaciones dedicados al juego ha provocado que cada vez sea más fácil acceder a este tipo de actividades. Hoy en día, podemos abrir una aplicación en cuestión de segundos y empezar a jugar al póker, a la ruleta o al blackjack, o apostar sobre el resultado de un partido de fútbol, una carrera de caballos, unas elecciones presidenciales e incluso los premios Óscar.
A pesar de lo cómodo que resulta poder realizar prácticamente toda clase de apuestas con solo pulsar un botón, esta facilidad puede ser catastrófica para aquellas personas que sufren alguna forma de ludopatía.
¿Y qué decir de los más jóvenes?
En el pasado, nuestros hijos tenían que entrar de manera ilegal en un casino o en una casa de apuestas para poder jugar. Hoy en día, a los menores les resulta relativamente fácil acceder a cualquier plataforma de apuestas online para probar suerte, a menudo sin ser plenamente conscientes de los riesgos que conllevan.
El incremento del juego online entre los adolescentes
En el informe de Qustodio de 2024, solo un 39% de los padres admitía que le preocupaba el hecho de que sus hijos pudieran estar expuestos a los juegos de azar a través de la Red. Aun así, el consumo de este tipo de actividades por parte de los jóvenes ha sido catalogado recientemente como un «grave problema de salud pública», dado que hay casos de niños de tan solo 10 años que ya muestran síntomas de adicción.
Dependiendo del país, la ley establece una edad mínima de 18 o 21 años para poder jugar. Si bien la mayoría de las plataformas de juego online establecen este tipo de limitaciones, a menudo no las aplican de forma sistemática, si es que llegan a hacerlo en algún momento. Por ejemplo, cualquier adolescente puede eludir los procesos de verificación de la edad utilizando los datos de un hermano mayor o de sus padres.
No es necesario pasar demasiado tiempo navegando por Internet para comprobar cómo los jóvenes se ven arrastrados al extravagante pero vacío mundo de las apuestas a través de una serie de tácticas muy cuestionables, entre ellas:
- Los anuncios segmentados en las redes sociales: plataformas como TikTok e Instagram son culpables de bombardear a los usuarios menores de edad con anuncios relacionados con esta industria, que a menudo recurren a una estética inspirada en los dibujos animados y al argot de moda para generar la idea de que las apuestas son divertidas y no conllevan ningún tipo de peligro.
- Las promociones que realizan los influencers y los streamers: los creadores de contenido de Twitch, YouTube y TikTok contribuyen a normalizar los juegos de azar promocionando estas plataformas e incluso retransmitiendo sus apuestas en directo, lo que convierte esta práctica de alto riesgo en un mero entretenimiento.
- Las aplicaciones de juego gratuitas: juegos como el póker, las tragaperras o el blackjack pueden parecer inofensivos a simple vista, pero a menudo presionan a los jugadores para que adquieran la moneda de sus respectivas aplicaciones, difuminando la línea entre los videojuegos y el juego propiamente dicho.
- Las apuestas deportivas: los grandes eventos como la Super Bowl están plagados de anuncios de plataformas de apuestas, lo que condiciona a los aficionados más jóvenes para que asocien los deportes y el juego.
- Las ofertas para realizar apuestas «seguras»: las promociones que permiten realizar «apuestas gratuitas» o los denominados «bonos en efectivo» hacen que el juego parezca una actividad relativamente sencilla y sin ningún tipo de compromiso.
Las cajas de botín y los juegos gacha: ¿una puerta a la ludopatía?
Dejando a un lado las plataformas de juego y sus turbias estrategias de marketing, hay una forma más insidiosa de condicionar a los jóvenes para que se inicien en el mundo de las apuestas: a través de los videojuegos.
Las cajas de botín son unos artículos virtuales incluidos en estos productos que los jugadores pueden comprar o ganar en el curso de la partida y que ofrecen recompensas aleatorias, como atuendos para los personajes, armas u otra clase de ventajas para el juego. La excitación de no saber lo que vas a recibir hasta que abras la caja y la perspectiva de poder obtener un objeto raro de gran valor ha llevado a muchos a criticar que los videojuegos se parecen cada vez más a las plataformas de juegos de azar. Muchos títulos gratuitos para móviles incluyen esta clase de mecánicas, incluidos Clash Royale, Brawl Stars y Call of Duty: Mobile.
Los juegos gacha son videojuegos que animan a los jugadores a ganar artículos virtuales como cartas y personajes a través de un mecanismo, similar al de las máquinas expendedoras, que les permite tirar de una palanca, hacer girar una ruleta o tirar unos dados utilizando la moneda virtual del juego. Al igual que las cajas de botín, los juegos gacha se consideran muy similares a los juegos de azar y han recibido fuertes críticas por animar a los niños a gastarse grandes sumas de dinero con la esperanza de conseguir alguno de los mejores premios.
En el momento de escribir este artículo, Japón, China, Corea del Sur, Bélgica y Países Bajos han prohibido o introducido normativas más estrictas respecto a las cajas de botín y los juegos gacha debido a la preocupación que generan sus similitudes con los juegos de azar.
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El riesgo que conlleva el juego online para los adolescentes
Es posible que empiece de manera inocente, pero participar en actividades de juego online con dinero digital u objetos cosméticos para videojuegos conlleva riesgos en la vida real de los que es posible que los más jóvenes no sean totalmente conscientes. El juego irresponsable puede tener un impacto devastador en personas de todas las edades, pero, dado que los cerebros de los menores todavía están desarrollándose, los riesgos a los que se exponen son mucho mayores.
La ludopatía y otras adicciones similares
Los estudios han demostrado que entre el 2 y el 7% de los jóvenes pueden llegar a desarrollar un trastorno relacionado con estas actividades, una cifra que contrasta con los casos detectados en los adultos, que se sitúan en torno al 1%. Algunos investigadores atribuyen esta diferencia al hecho de que los cerebros jóvenes muestran una mayor sensibilidad a la dopamina, el neurotransmisor del placer que se libera cuando tenemos una buena racha. Esta respuesta aumentada puede provocar que las apuestas resulten todavía más adictivas para nuestros hijos.
La posibilidad de sufrir graves pérdidas económicas
Uno de los principales riesgos del juego es no saber cuándo ha llegado el momento de retirarse. Debido a que a los cerebros inmaduros les cuesta más evaluar correctamente la relación entre el riesgo y la recompensa, los adolescentes tienen más probabilidades de caer en patrones de juego peligrosos y contraer importantes deudas, ya sea apostando pequeñas cantidades a lo largo del tiempo o jugándoselo todo en una única y desastrosa apuesta. En un intento desesperado por seguir apostando, algunos jóvenes recurren incluso a usar la tarjeta de crédito de sus padres, lo que puede provocar que estos se lleven una sorpresa muy desagradable al ver el extracto mensual.
El impacto negativo sobre la salud mental
Las conductas de juego, especialmente cuando se inician a una edad temprana, pueden tener graves efectos graves y duraderos sobre la salud mental, incluyendo ansiedad, estrés, depresión y problemas relacionados con el control de los impulsos. Los adolescentes que juegan también tienen más probabilidades de adoptar otros comportamientos de riesgo, como el consumo de alcohol y de drogas, y los estudios demuestran que las personas que padecen ludopatía presentan la tasa de suicidio más elevada de todos los trastornos por adicción.
Los problemas legales
Algunos países adoptan medidas legales contra los menores que son descubiertos jugando, bien sea imponiéndoles multas o, en algunos casos extremos, incluso imputándoles cargos penales, especialmente si han suplantado la identidad de otra persona —por ejemplo, utilizando un documento de identidad falso para eludir el proceso de verificación de la edad—.
Cómo proteger a tu hijo de los riesgos que conlleva el juego
A diferencia de otros tipos de contenidos potencialmente perjudiciales que abundan en Internet, como la pornografía, la violencia o el consumo de sustancias ilegales, muchos padres tienden a pasar por alto el tema del juego a pesar de los graves riesgos que conlleva. Teniendo en cuenta que los casos de ludopatía no dejan de aumentar entre los jóvenes, nuestra recomendación es que los padres adopten una actitud más proactiva a la hora de abordar esta creciente ciberamenaza.
1. Aprende a reconocer cuáles son las señales de alarma
Si tu hijo ha comenzado a jugar a través de Internet, lo más probable es que lo haga en secreto. Sin embargo, los síntomas que enumeramos a continuación pueden ser un indicio de este tipo de comportamientos, y aprender a detectarlos de manera temprana puede ayudarte a intervenir antes de que el problema se agrave. Ten en cuenta que estas señales no están asociadas únicamente al juego y también pueden apuntar a la existencia de otro tipo de trastornos.
- Te pide con frecuencia dinero o los datos de tu tarjeta de crédito.
- Pasa cada vez más tiempo conectado a Internet.
- Has detectado cambios en su comportamiento, como alteraciones en su estado de ánimo, una actitud agresiva o indicios de depresión.
- Ha empezado a interesarse por los videojuegos y las competiciones deportivas.
- Muestra desinterés por las tareas del colegio y otro tipo de actividades.
2. Dale ejemplo con tu propio comportamiento
Los estudios señalan que la ludopatía puede ser un trastorno hereditario, por lo que es fundamental dar ejemplo a nuestros hijos. Si disfrutas ocasionalmente de algún juego de azar, evita hacerlo delante de tu hijo, animarle a participar, hacer apuestas en su nombre o presumir de tus ganancias.
3. Establece normas respecto al dinero que puede invertir en juegos que incluyen mecánicas relacionadas con las apuestas
La polémica presencia de las cajas de botín y otras funciones propias de los juegos de azar en los videojuegos puede condicionar a los más pequeños para empezar a apostar sin ni siquiera darse cuenta. Muchos juegos permiten establecer límites de gasto para controlar el importe que tu hijo puede gastarse en las cajas de botín, normalmente configurando un presupuesto máximo mensual.
Evita guardar los datos de tu tarjeta de crédito o débito en los juegos. Para limitar el dinero que tu hijo puede invertir en las cajas de botín y otro tipo de compras en las aplicaciones, considera la posibilidad de usar tarjetas regalo o prepago en su lugar.
Si deseas bloquear por completo la posibilidad de realizar compras en los juegos, por lo general es posible hacerlo a través de los controles parentales del dispositivo. Por ejemplo, en el caso de Call of Duty: Mobile, si tu hijo utiliza un dispositivo iOS, puedes desactivar las compras en las aplicaciones activando la opción Restricciones de contenido y privacidad; en Android, puedes modificar la configuración en los ajustes de la Play Store.
4. Utiliza una aplicación de control parental externa
Para garantizar tu tranquilidad, las herramientas de control parental como Qustodio pueden contribuir a proteger aún más a tu hijo del juego permitiéndote:
- bloquear estas actividades y sus aplicaciones para impedir que pueda abrirlas;
- recibir alertas cada vez que realice una búsqueda relacionada con el juego;
- establecer límites de tiempo en juegos como Clash Royale, Brawl Stars y Call of Duty: Mobile.
- Pausar Internet al instante pulsando un botón para impedir que tu hijo siga navegando.
Aunque los padres solemos poner el foco en impedir que nuestros hijos merodeen por los rincones más oscuros de la Red, la exposición de los adolescentes al juego online es un problema cada vez mayor que no podemos ignorar. A pesar de que la mayoría de los países prohíben la participación de los menores en estas actividades, influencers y streamers promocionan de forma activa todo tipo de juegos de azar, y la presencia de anuncios segmentados en sus plataformas preferidas puede inducir a nuestros hijos a aprovechar las denominadas «apuestas gratuitas» y otras ofertas irresistibles. Y lo que puede resultar aún más preocupante: las cajas de botín que aparecen en los videojuegos y los juegos gacha pueden condicionar a los más jóvenes para que empiecen a jugar.
Los menores son mucho más vulnerables ante la ludopatía y el resto de peligros asociados a las actividades de juego porque sus cerebros aún no han terminado de desarrollarse. Si queremos minimizar estos riesgos, es esencial que los padres adoptemos una actitud proactiva, por ejemplo, prestando atención a las señales de alarma, dando ejemplo a nuestros hijos con nuestro propio comportamiento y utilizando los controles parentales.