Cómo evitar que tu hijo desinstale controles parentales como Qustodio

Es posible que, al igual que muchos otros padres, hayas instalado una aplicación de control parental en los dispositivos de tu hijo con la intención de protegerle en Internet y él la haya desinstalado, o que la tecnología se haya convertido en un motivo habitual de discusiones entre vosotros porque tu objetivo es protegerle, pero él desinstala los controles parentales argumentando que ya es lo suficientemente mayor como para cuidar de sí mismo.

Independientemente de cuál sea tu caso, es normal que ambos os sintáis frustrados si se opone frontalmente a que utilices controles parentales. Muchas veces los padres no sabemos qué hacer porque tememos empeorar la situación, y a nuestros hijos les cuesta ponerse en nuestro lugar y comprender nuestras decisiones. 

Le hemos pedido a nuestra embajadora, la doctora Nicole Beurkens, que nos dé algunas recomendaciones sobre qué debemos hacer cuando nuestro hijo nos amenaza con desinstalar los controles parentales de su dispositivo. 

1. Establece claramente las condiciones para hacer un uso saludable de la tecnología.

En pocas palabras, si tu hijo tiene acceso a un dispositivo electrónico o has decidido que está preparado para usar el que vas a regalarle (por ejemplo, un smartphone) y piensas instalar unos controles parentales en él para protegerle y asegurarte de que lo utiliza de forma saludable, esos controles deben ser un requisito indispensable para que pueda usarlo.

Es posible que tu hijo se oponga a esta decisión argumentando que ninguno de sus amigos tiene controles parentales en su dispositivo o que le estás espiando, y es importante que recuerdes que es normal que los niños rechacen las redes de seguridad o las normas que los adultos consideramos apropiadas y que sabemos que son saludables para su desarrollo. Nuestra responsabilidad como padres es establecer estas reglas y condiciones, pero podemos (y debemos) ser abiertos y honestos con nuestros hijos a la hora de explicarles las razones por las que creemos que las decisiones que tomamos son lo mejor para ellos. 

2. Siéntate a hablar abiertamente con él de los controles parentales.

Aunque como padres nuestro deber es establecer unas normas y unos límites para nuestros hijos, eso no significa que comprendan siempre lo que esperamos de ellos. Antes de instalar controles parentales en el dispositivo o dispositivos de tu hijo, lo mejor es que te sientes a hablar con él para explicarle qué tipo de aplicación vas a instalar en el dispositivo y cuáles son las razones que te han llevado a tomar esta decisión como familia. 

Haz hincapié en los diferentes peligros que te preocupan y asegúrate de que comprenda que tu prioridad es su salud. Es posible que quieras hacer énfasis en lo importante que es que empiece a desarrollar unos hábitos saludables que le permitan alcanzar el bienestar digital y en el hecho de que estas herramientas te permitirán ofrecerle ayuda y apoyo en este sentido. 

Independientemente del tipo de software que decidas usar —tanto los controles nativos del dispositivo como alguna herramienta de control parental como Qustodio—, enséñale las aplicaciones que has instalado y explícale cómo vas a usarlas. El tono y la profundidad de esta conversación dependerán de la edad de tu hijo. Normalmente, los niños que intentan desinstalar los controles parentales suelen ser preadolescentes o adolescentes que en muchos casos han convivido con este tipo de herramientas desde pequeños. Si este es vuestro caso y no abordasteis el tema de las herramientas de control parental desde el principio, siéntate a hablar con él para repasar las normas que has establecido respecto al uso de los dispositivos y las expectativas que tienes para él en este sentido.

3. Convierte el uso de la tecnología en una oportunidad para colaborar en vez de en una fuente de discusiones.

Es importante que tu hijo tenga una idea clara de las consecuencias que deberá afrontar si intenta desinstalar los controles parentales. Mi recomendación es que, si descubres que ha desactivado o desinstalado los controles que has configurado, establezcas una norma muy sencilla: que no podrá usar el dispositivo durante el periodo de tiempo que consideres adecuado. 

Cuando instales este tipo de controles o permitas a tu hijo utilizar un dispositivo nuevo, explícale que es su responsabilidad conocer las reglas y no manipular los controles que has instalado en el dispositivo. Si realmente es consciente de que estos controles son necesarios para protegerle y ayudarle a hacer un uso adecuado de sus dispositivos, debería comprender que, si los desinstala, estará demostrando que no es lo suficientemente maduro o responsable para usar correctamente la tecnología. De esta forma, la pelota estará en su tejado en lugar de en el tuyo. 

4. Aplica las normas respecto al uso de los dispositivos de forma consistente.

Si descubres que tu hijo ha eliminado los controles parentales de su dispositivo, aborda el problema lo antes posible. Mantén la calma, pero muéstrate firme y evita la confrontación todo lo posible. Lo importante es que te centres en colaborar con él y en cómo usa la tecnología. 

Ayúdale a comprender que las normas y las expectativas que estableces para que desarrolle unos hábitos digitales saludables forman parte de tu responsabilidad como padre. Cuanto más te esfuerces en crear un clima de colaboración y buena comunicación respecto a los beneficios y los posibles riesgos del uso de la tecnología, más probabilidades tendrás de evitar los conflictos familiares. 

Si proporcionas a tu hijo las herramientas que necesita con estas sencillas recomendaciones, podrás ayudarle a madurar y a colaborar en familia para fomentar unos hábitos digitales saludables en casa.