Presión social digital: cómo ayudar a tu hijo a gestionarla

Dra. Nicole Beurkens

Dra. Nicole Beurkens

Psicóloga infantil

The effects of online peer pressure on teens

Los más pequeños conviven a diario con la presión social. Independientemente de si se trata de un niño que les desafía a columpiarse más alto en el parque, de un grupo de adolescentes que les incita a beber o de un amigo que les convence de que se compren una determinada prenda de ropa, nuestros hijos tienen que lidiar todos los días con la influencia positiva —y negativa— que las personas de su entorno ejercen sobre ellos a medida que van creciendo. Sin embargo, gestionar esa influencia les resulta más complicado a partir de la preadolescencia, y hay estudios que demuestran que la presión social es una de las principales razones por las que los adolescentes comienzan a desarrollar comportamientos de riesgo o poco saludables.

En un mundo como el actual en el que los dispositivos digitales, Internet, las aplicaciones y las redes sociales se han convertido en parte de nuestra vida cotidiana, esta presión ha ido adoptando formas nuevas y más invasivas que van más allá del tiempo que los niños y los adolescentes comparten en persona. De ahí que a muchos padres les preocupe cuál va a ser la reacción de sus hijos a la hora de enfrentarse a ella y cómo pueden protegerles y apoyarles en este sentido. 

¿Qué es la presión social digital?

El término «presión social» hace referencia a la influencia que reciben los niños y los adolescentes por parte de otros jóvenes de su edad (o más mayores), y por lo general implica algún tipo de persuasión para hacer algo que probablemente no harían en otras circunstancias. Cuando esa persuasión se produce a través de una red social, un videojuego, una aplicación, un grupo de texto o cualquier otro espacio digital, hablamos de «presión social digital». 

Aunque normalmente nos referimos a ella de forma negativa, la presión social también puede ser beneficiosa para nuestros hijos; por ejemplo, cuando sus amigos les animan o les convencen de que adopten comportamientos y decisiones saludables, como unirse a un club, participar en el concurso de talentos del colegio o dejar la bebida o el tabaco. 

Sin embargo, las probabilidades de que esta influencia tenga consecuencias negativas sobre su salud nunca habían sido tan altas. Los denominados desafíos y «retos» peligrosos, la tendencia a compararse con los demás en las redes sociales, la posibilidad de compartir fotos suyas con otras personas y los chats grupales contribuyen a que la presión social entre los niños y los adolescentes sea cada vez más frecuente e intensa.

¿Cómo afecta a los niños la presión social en Internet?

No pasa una semana sin que alguno de los niños, adolescentes y jóvenes que acuden a mi consulta me cuente que se ha sentido presionado para hacer algo que en realidad no quería hacer (o sabía que estaba mal), o que ha observado este comportamiento en algún amigo o conocido. La influencia y la presión constante del grupo —incluida la tendencia a compararse con otros usuarios en las redes sociales cada vez que utilizan este tipo de aplicaciones—, puede acabar generando estrés, ansiedad, depresión y agobio entre los más jóvenes. 

Gestionar la presión digital es especialmente difícil para ellos porque no desaparece cuando salen del colegio o dejan de estar físicamente con otros niños. En muchos casos, esta influencia les acompaña las veinticuatro horas del día en el ciberespacio, y con frecuencia sienten que es imposible desconectar. Esta sensación de no ser capaces de escapar puede provocar que algunos jóvenes desarrollen síntomas y conductas asociadas a trastornos mentales graves. 

¿Cómo contribuyen las redes sociales a generar presión social?

Todos los usuarios de las redes sociales se sienten presionados en mayor o menor medida para imitar el aspecto y el estilo de vida de otras personas, comprar las mismas cosas que ellas y comportarse de forma similar. Este tipo de comparaciones sociales son inherentes a estas aplicaciones, y afectan tanto a los niños como a los adultos. No obstante, a diferencia de nosotros, nuestros hijos aún no han alcanzado la madurez y el grado de desarrollo cerebral necesarios para reconocer claramente esta influencia y reflexionar de forma más objetiva sobre ella. 

Los niños también tienen mucha más tendencia a dejarse influir por otros jóvenes de su edad, sobre todo durante la preadolescencia y la adolescencia. Se trata de una fase normal de su desarrollo, ya que intentan encajar con sus amigos y desarrollar cierto grado de autonomía respecto a los adultos de su vida. Esto les hace especialmente vulnerables ante el impacto negativo que tiene la presión social en las redes sociales a través de las imágenes que ven en Instagram, los snaps que comparten por Snapchat, los vídeos que ven en TikTok y los mensajes directos que reciben mediante todas estas plataformas. 

El Informe Anual de Qustodio de 2022 reveló que los niños dedican más horas al día a las redes sociales que a cualquier otro tipo de plataformas digitales. Por esta razón, es absolutamente esencial que los padres seamos conscientes de los efectos que la presión generada en las redes sociales puede tener sobre nuestros hijos.

Los retos de Internet y la presión social

Dado que los jóvenes —y, especialmente, los adolescentes— se encuentran en una fase de su desarrollo en la que el resto de chicos de su edad ejercen una enorme influencia sobre sus pensamientos, sus emociones y su comportamiento, los desafíos que se vuelven virales en Internet pueden desembocar en situaciones potencialmente peligrosas. Algunos de estos retos, como grabar una coreografía divertida, no suponen ningún riesgo y son una buena forma de que nuestros hijos se sientan integrados en el grupo. 

Sin embargo, otros desafíos sí pueden tener consecuencias mortales. Estos son algunos de los casos que han aparecido recientemente en la prensa:

A muchos adultos les cuesta entender por qué estos desafíos resultan tan atractivos para los niños, y por qué incluso los jóvenes que parecen responsables pueden caer en este tipo de comportamientos de riesgo. 

Si tenemos en cuenta que nuestros hijos aún no han terminado de desarrollar la corteza prefrontal de su cerebro, la cual es fundamental para reflexionar sobre las consecuencias de sus acciones y sopesarlas (especialmente cuando están sometidos a algún tipo de presión social), es fácil comprender por qué algunos de estos desafíos pueden terminar de forma trágica. 

The effects of digital peer pressure on kids

Cómo ayudar a tus hijos a gestionar la presión social digital

Al igual que pasa con todo lo relacionado con el mundo virtual, la mejor forma de apoyar y proteger a nuestros hijos es supervisar lo que ven y lo que hacen en Internet y mantener una comunicación constante con ellos. 

Por eso, es fundamental que los padres seamos conscientes de la existencia de esta presión en la Red, que nos informemos sobre el tipo de contenidos al que pueden estar expuestos, que establezcamos unas normas y unos límites saludables y que fomentemos un diálogo abierto y sincero con ellos para ayudarles a gestionar todas estas influencias de una forma más saludable. 

A continuación, encontrarás una serie de recomendaciones para ayudar a tus hijos a lidiar con la presión social en Internet:

1. Enséñales en qué consiste exactamente esta presión.

Intenta normalizar el problema explicándoles que todos nos sentimos así alguna vez (incluidos los adultos). Pregúntales cuál ha sido su experiencia a la hora de enfrentarse a la influencia de los demás tanto en el mundo real como en el digital, y procura enfocar estas situaciones desde la curiosidad en lugar de desde la culpa o la vergüenza.

2. Comparte tus propias experiencias con ellos.

Cuéntales cómo era la presión social cuando tenías su edad; de este modo, contribuirás a crear un clima de confianza entre vosotros. Si oyes hablar de algún reto de Internet o alguna otra forma de ejercer esta influencia en el mundo digital, coméntalo con ellos y pregúntales qué opinan. Puede ser un buen punto de partida para iniciar la conversación y les ayudará a comprender que eres consciente de la existencia de estos retos y que quieres ofrecerles tu apoyo.

3. Anímales a descansar periódicamente de las redes sociales.

Es posible que tus hijos necesiten tu ayuda para descansar de las redes sociales y de otras aplicaciones antes de poder procesar y reflexionar sobre lo que están viendo y decidir cómo desean actuar al respecto. Habla con ellos sobre lo fácil que es dejarse llevar por las situaciones, sobre todo en Internet, y que distanciarse un poco puede ayudarles a ver con más perspectiva lo que sucede.

4. Asegúrate de que saben a quién acudir. 

Si tus hijos se sienten presionados por sus amigos en el mundo real o en el digital, necesitarán contar con alguien a quien acudir en busca de apoyo. Puedes ser tú como padre, un profesor, algún miembro de la familia u otro adulto de confianza. Asegúrate de que comprendan que nunca vas a enfadarte con ellos por compartir el problema con otras personas, y que tu prioridad es ayudarles a reflexionar y a proteger su seguridad.

5. Establece unos límites y expectativas saludables y adecuados para su edad respecto al uso de los dispositivos electrónicos y asegúrate de que los respeten.

Esto implica planificar cuidadosamente en qué momentos permitirás que tus hijos accedan a determinadas aplicaciones y asegurarte de que poseen la madurez y la capacidad de tomar decisiones necesarias para limitar los peligros que pueden correr en la Red. 

En general, mi consejo es que ni los niños ni los adolescentes tengan acceso a los dispositivos tecnológicos en el dormitorio durante la noche. Esto les ayudará a desconectar por completo de todas las presiones a las que están sometidos en Internet mientras están relajándose o descansando. Además, de este modo reduciremos las influencias y los riesgos a los que pueden estar expuestos cuando usan estos dispositivos por la noche sin supervisión. Yo recomiendo habitualmente a los padres que utilicen alguna aplicación como Qustodio, la cual no solo les permitirá establecer unos límites saludables de una forma más sencilla y efectiva, sino que es herramienta fundamental a la hora de apoyar a los más pequeños cuando tienen que enfrentarse a problemas como la presión social digital. 

 

Aunque es normal que nuestros hijos estén sometidos a este tipo de presión en el mundo real y en Internet durante el paso a la edad adulta —sobre todo en el mundo virtual permanentemente conectado en el que vivimos hoy en día—, hay algunas medidas que podemos tomar para limitar los peligros que puede conllevar en este sentido. Si supervisamos su actividad en Internet, hablamos tranquila y abiertamente con ellos sobre el tema y establecemos unos límites adecuados respecto al uso que hacen de la tecnología, será más fácil gestionar este aspecto de su desarrollo tanto para ellos como para nosotros. 

Qustodio dashboard | kids screen time

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